Nuestra piña colada
cumple 60 años
Esta bebida nacional ha formado parte de la cultura popular
boricua durante seis décadas.
Por
Tatiana Pérez Rivera / Especial El Nuevo Día
Primer ingrediente: el coco.
Por
capricho empezaremos con la crema de coco. Vivía la fruta en esta isla tropical
acostumbrada a encantar el paladar de sus habitantes. Su agua y su pulpa pronto
salieron del círculo de las bebidas y los postres para llegar a otros platillos
más elaborados.
Segundo ingrediente: la piña
Picada
y fría, así ganó fama esta fruta en el país. Un reportaje realizado en suelo
boricua en el 1924 por la revista National Geographic señala en el calce de una
foto que muestra una plantación de piña que "un vaso de cristal alto con
jugo de piña y hielo picado, conocido localmente como "piña fría", es
una bebida encantadora".
Tercer ingrediente: el ron blanco
Serrallés,
Barrilito, Bacardí: las casas que se precian de la mejor elaboración de este
tipo de ron, de inmediato se pusieron a la disposición.
En
una isla donde ni el calor, ni el coco, ni la piña o el ron blanco acaban, las
combinaciones espontáneas entre algunos de estos ingredientes eran un desenlace
esperado. Pero cuando todos se unieron, hace seis décadas, en un mismo vaso,
nació una bebida que unificó los sabores que identificamos con nuestro país. La
piña colada ha tenido larga vida.
"El
encanto de la piña colada es lo refrescante, lo frío", sostiene Christian
Ramírez, profesor de bartending en la Escuela Hotelera de San Juan, "la
hacen especial el sabor de la piña porque puede ser muy dulce o muy agrio, el
dulzón del coco más el ron, aunque puede ser virgen. La piña y el coco son una
combinación perfecta".
El
cóctel se ha mantenido popular no solo en la Isla, donde fue declarado bebida
nacional en el 1978, sino que el furor se ha sostenido fuera de nuestra
geografía. "En todos los libros de coctelería del mundo sale la receta de
la piña colada", afirma Ramírez.
La
página cibernética de la Asociación Internacional de Bartenders la incluye en
su categoría de "clásicos contemporáneos" dentro de sus cocteles
oficiales. De otra parte la revista web The Richest, enumera los diez cocteles
más vendidos en el mundo y la piña colada figura en el noveno puesto.
Llaman
la atención, además de sus sabores, su color blanco, el contraste que logran el
amarillo y el rojo de la rodaja de piña y la cereza que la adornan así como la
copa con curvas donde se suele servir.
"No
creas que es fácil hacerla, la piña colada tiene su truco no debe saber mucho a
coco o a piña, no puede estar muy aguada, debe ser ligera. Es como el martini,
hay que saber mezclarlo, no puede ser empalagoso. Aquí los futuros bartenders
empiezan con eso porque, como se puede hacer sin ron, empezamos tomando piña
colada desde pequeños. Uno de chiquito ve esa sombrillita en el vaso y le llama
la atención", confiesa Ramírez.
Dos Ramones y un pirata
Ante
tanto éxito conviene echar un vistazo al pasado. ¿Quién la inventó? Digno de
una bebida que ha sobrevivido la moda, el origen de la piña colada ha
propiciado varias leyendas.
La
primera la ubica en los tiempos del pirata Cofresí. Se dice que una rústica
combinación de piña, coco y los rones que tanto se contrabandeaban en la zona a
finales del siglo XVIII y principios del XIX era ofrecida por Roberto Cofresí y
Ramírez de Arellano a su tripulación pirata.
Sin
embargo, la historiadora Haydée Reichard descarta la versión, ideal para
aumentar el encanto de la bebida. "No es comprobable. Se dicen muchas
cosas de Cofresí", menciona Reichard.
La
otra tiene como protagonista a Ramón "Monchito" Marrero, un bartender
del Hotel Caribe Hilton quien, según la hospedería, inventó la piña colada en
el 1954.
Efraín
Santiago, cantinero del Departamento de Banquetes del Hilton quien lleva 48
años de labor en el hotel, comenzó como "bar boy" de Monchito.
"Yo
le llevaba los jugos y las cremas", recuerda Santiago, "él servía en
una barrita que había en la playa, el Beachcomber. Le decían el piragüero
porque mezclaba sabores con hielo. En ese tiempo era diferente, él tenía que
sacar la leche del coco, moler la piña fresca, echarle azúcar. Más adelante
buscó crema de coco enlatada que había en la repostería y así le funcionó
mejor".
"Hacía
la piña colada por galones. Por ejemplo, para un galón echaba tres partes de
piña y dos de coco. Hacía veinte galones, los guardaba en la nevera y lo
mezclaba con hielo para servirla en el momento. Se iban los veinte galones que
eran como 400 tragos", añade Santiago.
La
falta de licuadora requería que se molieran los ingredientes. Luego se refinó
el uso del hielo. "Así surgió la frozen", sostiene el bartender del
Hilton.
"A
mi me gusta hacerla como Monchito", dice Santiago y agrega que con el paso
del tiempo se han ideado nuevas versiones de la piña colada añadiendo otras
frutas y alcoholes. Sin embargo, la receta original se mantiene y es la más
importante. De ahí parte todo.
"Monchito
era un hombre humilde y simpático. En los ochenta, en Alemania, lo hicieron
socio honorario de la Asociación Internacional de Bartenders. Es el creador de
la piña colada que ya se conoce en el mundo entero", cuenta Santiago quien
además pertenece a dicha asociación, "eran otros tiempos, él se sentía
contento solo de haberla inventado. No pensaba en premios".
Dice
que a los turistas le fascina la mezcla de sabores y a los locales "lo
dulce y que esté tipo frozen". "El sabor es una mezcla que pegó. Todo
el que viene al hotel la pide, son locos con la piña colada. Yo sé que les
gusta porque se la toman rápido y piden otra".
La tercera leyenda sobre su origen.
Si
caminas por la calle San Francisco, cuando llegas al número 104, te topas con
una tarja que identifica el Restaurante Barrachina como el espacio donde Ramón
Portas Mingot inventó la piña colada en el 1963. Combinaba en un frío vaso jugo
de piña, crema de coco, leche condensada, ron blanco y hielo.
"Es
el trago número uno de nosotros, se ha mantenido constante y seguirá así",
señala Rafael Ruiz, gerente hace 34 años del espacio sanjuanero al que arriban
turistas y locales listos para poner a prueba la distintiva piña colada del
lugar.
"Tenemos
una mezcla de sabor balanceado que a la gente le encanta. Todo el tiempo nos
piden la receta en nuestra página, hacen clic y les llega".
Ruiz
resalta que la diferencia en su versión "es que no la hacemos con hielo o
en la licuadora".
"Hacemos
la mezcla y la congelamos. Tiene mejor sabor porque el agua que contiene es la
que tiene el jugo de piña, tiene mayor concentración de coco y piña. Cuando la
prueban nos dicen que es la mejor que se han tomado porque sienten los dos
sabores bien balanceados", cuenta orgulloso el gerente.
Del
origen de la bebida reconoce que "hay tantas historias, mira la de
Cofresí, son mas allá de uno".
De
Ramón Portas Mingot indica que era un bartender español que destacó en ese
ambiente y fue a Argentina a trabajar. Autor de dos libros de coctelería, llegó
a Curazao donde laboró en un afamado bar llamado Papillion.
El
dueño de Barrachina, Pepe Barrachina, lo conoció en un viaje a Suramérica y lo
invitó a trabajar en su restaurante donde ideó su versión de la piña colada. Al
principio llevaba leche condensada para hacerla más cremosa pero resultó ser
muy dulce y la retiró.
"Lo
que puedo decir es que aquí la hacemos diariamente con jugo y crema de coco, si
te inventas un trago debes mantenerlo de la manera original. Aquí ha sabido
igual toda la vida, el sabor no ha cambiado", sostiene Ruiz y agrega que a
diario venden entre 300 y mil piña coladas cuando hay mucho movimiento de
visitantes en el Viejo San Juan.
Por
el frío, por el dulce, por lo que sea. La piña colada no tiene por qué revelar
los secretos de su encanto. La edad se lo permite
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