Como
ser el invitado perfecto
Los modales perfectos son, en la mayoría de las
ocasiones, fruto de las más básicas normas de educación y de una gran dosis de
sentido común. Es de pésima educación la falta de puntualidad. Además, hoy en
día existen los móviles. Si se va a llegar tarde, hay que avisar al anfitrión
de la demora.
Cuando se entre en la casa, no hay que dejar de
sonreir. La sonrisa es la base de la cortesía. Hay que mantenerla en el rostro
desde el primer momento aunque no se debe exagerar ya que puede convertirse en
una mueca falsa. Lo más indicado es mostrarse relajado y natural.
Al recibir la invitación, hay que confirmar la
asistencia lo antes posible. En caso de no poder asistir, es preciso
comunicarlo para que los anfitriones sepan a que atenerse respecto al número de
invitados. Otro consejo fundamental, informarse discretamente- si no se
especifíca en la nota- acerca de la vestimenta que se debe llevar a la cita.
Siempre es agradable para la anfitriona recibir un
pequeño detalle de agradecimiento de parte de sus invitados. Lo más apropiado
suele ser una botella de vino o unos dulces.
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