viernes, 9 de mayo de 2014


¿Porqué los niños repudian los vegetales?

No es que tengan ganas de dificultar las cosas. Algunos vegetales son más amargos que otros, y las papilas gustativas de los niños son particularmente sensibles a lo amargo.

Elije lo dulce

Los vegetales ricos en almidón, como las zanahorias, los chícharos (guisantes), el elote (maíz) y los camotes (batatas) tienden a tener un sabor más dulce y suave, y por lo tanto podrían ser más apetecibles para los niños. No trates de forzarlos a comer vegetales particularmente agrios como la espinaca, el brécol y los rábanos.

Incorpórelos

Incorpora los vegetales en los platillos preferidos de los niños, como la lasaña o los macarrones con queso. No es cuestión de enmascarar el sabor, sino más bien de suprimirlo: algunos de los compuestos que le dan el sabor amargo a los vegetales se disuelven en la grasa. Si quieres, puedes “esconder” los vegetales del todo. Un puré de coliflor se puede mezclar perfectamente con un puré de papas o con una salsa cremosa para pasta. Los calabacines o la espinaca finamente triturados desaparecen cuando se hornean en brownies.

Mójalos

Los vegetales crudos adquieren un toque de sabor si las mojas en un aderezo para ensaladas. El queso crema resulta perfecto también, especialmente el que viene con sabores. El celery y las zanahorias saben estupendos con mantequilla de maní (la cual también provee proteína). Casi cualquier condimento en la nevera merece ser probado: la salsa para asar, el ketchup, la mostaza, la mayonesa. Deja que los niños experimenten con la mezcla de sabores.

Deja que jueguen con la comida

Y no tiene que formarse un desorden. Corta tiritas de zanahorias y pimiento (pimentón) y anima a tus hijos a que formen diseños en un plato. La mayoría de los niños son fans de los dinosaurios, así que recuérdales que los dinosaurios más grandes sólo comían plantas. Sostén una hoja de lechuga cerca de la boca de tu hijo y rétalo a estirar su cuello para comerla, tal como lo haría un brontosaurio.

No los ablandes demasiado

Cuando muchos niños (y adultos) dicen que no les gustan los vegetales, entiéndase que no les gustan demasiado cocidos. Hervir los vegetales por demasiado tiempo puede convertir aún los más frescos en un desastre blando y sin sabor. Intenta cocinar los vegetales al vapor hasta que estén tiernos pero crujientes. Así retendrán su sabor y lucirán un color brillante y apetitoso.

De tal palo tal astilla

Si tus hijos nunca te han visto comer ejotes (habichuelas verdes), ¡buena suerte en lograr que ellos se los coman! Sé un ejemplo de buenos hábitos de alimentación colocando en tu plato, en cada comida, una variedad de alimentos de cada grupo alimenticio.

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