Alergia e intolerancia a los alimentos. ¿Cuál es la diferencia?
Para la mayoría de la gente, comer es un placer.
Sin embargo, hay quienes se ven forzados a ver ciertos alimentos como
“enemigos”. Estas personas padecen alergias alimentarias. Afortunadamente, la
mayoría de las alergias a alimentos no son tan serias.
Sin embargo, algunos estudios
mencionan que solo un pequeño porcentaje de las personas que creen sufrir una
alergia alimentaria han sido diagnosticadas por un médico.
¿Qué es la
alergia alimentaria?
“La alergia a los alimentos no tiene una
definición universalmente aceptada”, informa un grupo médico liderado por la
doctora Jennifer Schneider Chafen en un estudio publicado en la revista JAMA,
de la Asociación Médica Americana. No obstante, muchos expertos creen
que el sistema inmunológico es el principal desencadenante de las reacciones
alérgicas.
Por lo general, una reacción alérgica a cierto
alimento se produce en respuesta a una proteína que hay en ese alimento.
El sistema inmunológico se confunde y trata la proteína como si fuera
perjudicial. Cuando una determinada proteína entra en el cuerpo, el sistema
inmunológico puede crear un anticuerpo conocido como IgE (Inmunoglobulina E)
para neutralizar al supuesto invasor. Al ingerir de nuevo el alimento que
causa la alergia, los anticuerpos creados antes pueden dar lugar a la
liberación de sustancias químicas, entre ellas la histamina.
En circunstancias
normales, la histamina juega un papel beneficioso en el sistema inmunológico.
Pero por razones que no se comprenden del todo, la presencia de
anticuerpos IgE y la posterior liberación de histamina provoca una reacción
alérgica en las personas que resultan ser hipersensibles a una proteína en
particular.
Así, alguien puede comer un alimento por primera
vez sin notar nada extraño, pero la siguiente vez que lo consume tener una
reacción alérgica.
¿Qué es la
intolerancia alimentaria?
La intolerancia alimentaria también es una
mala reacción a un alimento. Pero a diferencia de la alergia alimentaria
—provocada por el sistema inmunológico—, la intolerancia es una reacción del
sistema digestivo, por lo que no intervienen anticuerpos. Lo que
sucede es que la persona tiene dificultades para digerir bien cierto alimento,
quizás por la falta de una enzima o porque alguna sustancia química del
alimento es difícil de asimilar. Por ejemplo, en la intolerancia a la lactosa,
el intestino no produce las enzimas necesarias para digerir los azúcares
de la leche y productos derivados.
Como en la intolerancia alimentaria
no se producen anticuerpos, se puede manifestar la primera vez que se
consume un alimento. En este caso, la cantidad es un factor importante.
Poca cantidad del alimento en cuestión se podría tolerar bien, pero cantidades
más grandes podrían generar problemas. No es así en el caso de las
alergias, donde una mínima cantidad del alimento puede provocar una reacción
que ponga la vida en peligro.
¿Cuáles son los síntomas?
Si usted tiene una alergia alimentaria puede
sufrir hinchazón de garganta, ojos o lengua, picazón, urticaria, náuseas,
vómitos o diarrea. Y en el peor de los casos, podría experimentar bajada
de presión arterial, mareo, desmayo e incluso paro cardíaco. Una anafilaxia
puede empeorar con rapidez y causar la muerte.
Cualquier alimento podría causar una alergia. Pero
solo unos pocos producen las más graves: leche, huevos, pescado, marisco, maní
(cacahuete), soya (soja), frutos secos y trigo. Las alergias aparecen a
cualquier edad. Algunos estudios muestran que la genética influye bastante, y
que es más probable que un niño desarrolle una alergia si alguno de sus padres
es alérgico. Aun así, muchos niños dejan de ser alérgicos a esos alimentos
cuando crecen.
Los síntomas de la intolerancia alimentaria
no son tan preocupantes como los de las reacciones alérgicas graves. Las
intolerancias causan dolor de estómago, hinchazón de vientre, gases, espasmos
intestinales, erupciones en la piel, dolor de cabeza, cansancio o malestar
general. Los síntomas pueden aparecer al ingerir diferentes alimentos. Los
productos lácteos, el trigo, el gluten, el alcohol y las levaduras están entre
los más frecuentes.
Diagnóstico y tratamiento
Si usted cree que sufre una alergia o
intolerancia a los alimentos, sería recomendable que acudiera a un especialista
para que le haga un chequeo. Hacerse un autodiagnóstico o decidir por su cuenta
dejar de consumir ciertos alimentos podría ser perjudicial pues, sin saberlo,
usted estaría privando a su cuerpo de algunos nutrientes necesarios.
En el caso de las alergias alimentarias
graves, no hay tratamiento más eficaz que evitar por completo el alimento
que produce dicha alergia.* Por otra parte, si usted
tiene una alergia leve o una intolerancia, quizá note una mejoría simplemente
consumiendo menos cantidad de ese alimento y con menos frecuencia. Ahora bien,
en algunos casos se sugiere evitarlos del todo, o al menos por un tiempo,
dependiendo de lo grave que sea la intolerancia.
Así pues, si usted tiene una alergia o intolerancia
a los alimentos, lo aliviará saber que muchos han aprendido a vivir con ello y
a disfrutar de una amplia variedad de alimentos deliciosos y nutritivos.
A menudo se recomienda que quienes
sufren alergias graves lleven siempre un autoinyector de adrenalina
(epinefrina) en forma de bolígrafo para una emergencia. Algunos profesionales
de la salud recomiendan que los niños con alergias lleven consigo una indicación
visible para que los profesores o cuidadores sepan cómo actuar.
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