En
una fiesta y ¡a dieta!
Si decides que perder peso en
estos días es tiempo perdido, mejor trata de mantener el tuyo.
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No
llegues a la fiesta con hambre. Come una merienda
antes o si deseas come la comida que te toca. Así podrás calmar tu estómago y no perder el control.
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Despídete
durante el aperitivo utilizando una buena excusa. Así no
tendrás oportunidad de saber cúal es el plato principal.
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Si
no puedes irte y llega el plato fuerte, pide que te sirvan
poco o sino deja parte en el plato.
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Recuerda que está prohibido repetir, aunque te ofrezcan o el plato haya sido de
tu agrado. Una buena excusa es decir, “¡Uf!” Está delicioso pero ya no puedo más.
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Mastica
bien y come despacio. Recuerda que las comidas en las
fiestas, especialmente en Navidad son pesadas. De esta forma facilitarás la
digestión de los alimentos.
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Olvídate
de las salsas. Si consumes algún alimento que contenga
alguna salsa, cómelo sin ésta o déjala en el plato.
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Pasa
el vino, a lo más una copa. Prefiere agua o algún ponche
de frutas, nada de gaseosas o refrescos de dieta. Recuerda que el alcohol
estimula el apetito, además de tener calorías huecas. Recuerda que nadie sabe
lo que estás tomando y puedes similar un trago si decoras tu vaso con una
rodajita de limón.
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Pasa
el postre o come solo uno o dos bocados. Recuerda que la
mayoría de los postres tienen un elevado contenido de azúcar.
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Si
por casualidad sucumbes ante una tentación, recuerda que
al otro día puedes continuar con tu régimen alimentario.
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Al asistir a una fiesta estrena ropa que defina tu forma. De esta
manera, no comerás tanto para no arruinar tu figura.
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Lleva
una cartera que tengas que cargar en la mano. De esta forma
solo tendrás una mano desocupada para comer y beber.
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Baila
todo lo que puedas y socializa, de esta forma no
estarás
pendiente a la comida.
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Si
la fiesta es en tu casa y sobró mucha comida, repártela.
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Si
deseas comer en la fiesta, come inteligentemente durante
los días anteriores a la fiesta. Así tendrás algunas calorías extra que podrás
ingerir.
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Llega
tarde, está de moda y tendrás menos tiempo para comer.
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Piensa
que una fiesta es como una transacción bancaria,
si te excedes hoy, pagas mañana.
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Decide
“si es posible” lo que vas a comer y cuánto, antes de
llegar a la fiesta.
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Inspecciona
el buffet antes, para saber que platos son más
nutritivos y engordan menos.
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Evita
comer mientras estás conversando. Mantén atención en lo
que comes para que no comas demás.
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Si
no quieres comer una buena excusa es decirles que estás
indispuesta del estómago.
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Sírvete
porciones pequeñas de lo que quieras o puedas comer.
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Prueba
en vez de comer. Al probar satisfaces el deseo de
comer de ese alimento.
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Si
vas a asistir a dos actividades el mismo día come poco,
especialmente en la primera.
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El
día de la fiesta no olvides tu rutina de ejercicios.
Puedes hacerla antes de ir a la fiesta.
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Elimina
la grasa visible de la porción de carne que tienes en
el plato.
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Toma
un plato pequeño para servirte.
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Intenta
sentarte lejos de la comida, de esta forma los
olores no te estimularán el apetito.