jueves, 13 de junio de 2013


Lulo o naranjilla, otra joya de los Andes.
 

Es una pura mezcla de colores y texturas inesperados. A simple vista parece una naranja, pero con la piel lisa. Puede ser de color amarillo intenso, amarillo rojizo o naranja. Y por dentro, parece un tomate, de pulpa verdosa, sabor agridulce y con muchas semillas pequeñas.

Su origen está en los bosques húmedos de los Andes de Sudamérica, donde crece de forma espontánea, sobre todo en Ecuador, Colombia y Perú, aunque también se cultiva en Panamá, Costa Rica y Honduras.

Tiene muchos usos. Se usa como materia prima para pulpas, jugos, néctares, concentrados, helados, mermeladas, conservas, salsas, postres y dulces. En Ecuador, por ejemplo, lo usan en lugar de la cerveza para preparar sus tradicionales secos, un guiso de carne, cordero o pollo, típico de Ecuador y Perú. Si lo añades fresco a una ensalada o lo disfrutas simplemente al natural, también te gustará.

Es muy hidratante ya que el 88% es agua y de gran valor nutritivo; contiene mucho calcio, fósforo, hierro y vitamina C. Dicen que tiene propiedades tonificantes y que ayuda a mejorar el funcionamiento de los riñones.

El lulo no es una planta muy conocida fuera de sus países de origen.

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