lunes, 10 de junio de 2013


Pluots, una dulce y sabrosa fusión

 



Es simple, casa una ciruela (plum) con un albaricoque (apricot) y te dará un pluot, con lo mejor de cada uno.

Quizás el nombre te suene a chino, pero podemos disfrutarlos desde 1989 gracias al biólogo Floyd Zaiger, que los desarrolló. Ojo, que no son resultado de modificaciones genéticas, sino de cruces naturales que surgen de la polinización de diferentes árboles y de la colaboración de investigadores de California, Francia o Israel. Se cultivan principalmente en California y, dependiendo de cuánta parte de la fruta es ciruela y cuánta albaricoque, hay hasta 80 variedades, algunas con nombres tan divertidos como “huevo de dinosaurio”.

Te recordarán a las ciruelas, pero con un sabor más dulce e intenso. Los verás amarillos, verdes, púrpura y morados y a veces con la piel rayada o moteada (manchada). En el supermercado, elige los más firmes, de color más intenso, de piel suave y libre de imperfecciones. En casa, los puedes tener a temperatura ambiente hasta que estén en su punto. Si los compras ya maduros, en la nevera se mantendrán en buen estado durante dos o tres días.

Saboréalos frescos, directamente en tu mano o añadiéndolos a ensaladas o salsas. Sé creativa y combínalos con albaricoque, berries, pato, melón, nectarinas, melocotones, cerdo, prosciutto, cebolla roja y nueces. Sabrán deliciosos también con almendras, albahaca, cardamomo, canela, jengibre, limón, menta, naranja y vainilla. Y lo mejor es que un pluot de tamaño mediano tiene solo 80 calorías y nada de grasa, colesterol ni sodio. Además, es una buena fuente de vitaminas A y C y potasio.

Su mejor momento es entre mayo y septiembre.

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