lunes, 13 de junio de 2016


Alergia e intolerancia a los alimentos. ¿Cuál es la diferencia?

Para la mayoría de la gente, comer es un placer. Sin embargo, hay quienes se ven forzados a ver ciertos alimentos como “enemigos”. Estas personas padecen alergias alimentarias. Afortunadamente, la mayoría de las alergias a alimentos no son tan serias.

Sin embargo, algunos estudios mencionan que solo un pequeño porcentaje de las personas que creen sufrir una alergia alimentaria han sido diagnosticadas por un médico.

¿Qué es la alergia alimentaria?

“La alergia a los alimentos no tiene una definición universalmente aceptada”, informa un grupo médico liderado por la doctora Jennifer Schneider Chafen en un estudio publicado en la revista JAMA, de la Asociación Médica Americana. No obstante, muchos expertos creen que el sistema inmunológico es el principal desencadenante de las reacciones alérgicas.

Por lo general, una reacción alérgica a cierto alimento se produce en respuesta a una proteína que hay en ese alimento. El sistema inmunológico se confunde y trata la proteína como si fuera perjudicial. Cuando una determinada proteína entra en el cuerpo, el sistema inmunológico puede crear un anticuerpo conocido como IgE (Inmunoglobulina E) para neutralizar al supuesto invasor. Al ingerir de nuevo el alimento que causa la alergia, los anticuerpos creados antes pueden dar lugar a la liberación de sustancias químicas, entre ellas la histamina.

En circunstancias normales, la histamina juega un papel beneficioso en el sistema inmunológico. Pero por razones que no se comprenden del todo, la presencia de anticuerpos IgE y la posterior liberación de histamina provoca una reacción alérgica en las personas que resultan ser hipersensibles a una proteína en particular.

Así, alguien puede comer un alimento por primera vez sin notar nada extraño, pero la siguiente vez que lo consume tener una reacción alérgica.


¿Qué es la intolerancia alimentaria?

La intolerancia alimentaria también es una mala reacción a un alimento. Pero a diferencia de la alergia alimentaria —provocada por el sistema inmunológico—, la intolerancia es una reacción del sistema digestivo, por lo que no intervienen anticuerpos. Lo que sucede es que la persona tiene dificultades para digerir bien cierto alimento, quizás por la falta de una enzima o porque alguna sustancia química del alimento es difícil de asimilar. Por ejemplo, en la intolerancia a la lactosa, el intestino no produce las enzimas necesarias para digerir los azúcares de la leche y productos derivados.

Como en la intolerancia alimentaria no se producen anticuerpos, se puede manifestar la primera vez que se consume un alimento. En este caso, la cantidad es un factor importante. Poca cantidad del alimento en cuestión se podría tolerar bien, pero cantidades más grandes podrían generar problemas. No es así en el caso de las alergias, donde una mínima cantidad del alimento puede provocar una reacción que ponga la vida en peligro.

¿Cuáles son los síntomas?

Si usted tiene una alergia alimentaria puede sufrir hinchazón de garganta, ojos o lengua, picazón, urticaria, náuseas, vómitos o diarrea. Y en el peor de los casos, podría experimentar bajada de presión arterial, mareo, desmayo e incluso paro cardíaco. Una anafilaxia puede empeorar con rapidez y causar la muerte.

Cualquier alimento podría causar una alergia. Pero solo unos pocos producen las más graves: leche, huevos, pescado, marisco, maní (cacahuete), soya (soja), frutos secos y trigo. Las alergias aparecen a cualquier edad. Algunos estudios muestran que la genética influye bastante, y que es más probable que un niño desarrolle una alergia si alguno de sus padres es alérgico. Aun así, muchos niños dejan de ser alérgicos a esos alimentos cuando crecen.

Los síntomas de la intolerancia alimentaria no son tan preocupantes como los de las reacciones alérgicas graves. Las intolerancias causan dolor de estómago, hinchazón de vientre, gases, espasmos intestinales, erupciones en la piel, dolor de cabeza, cansancio o malestar general. Los síntomas pueden aparecer al ingerir diferentes alimentos. Los productos lácteos, el trigo, el gluten, el alcohol y las levaduras están entre los más frecuentes.

Diagnóstico y tratamiento

Si usted cree que sufre una alergia o intolerancia a los alimentos, sería recomendable que acudiera a un especialista para que le haga un chequeo. Hacerse un autodiagnóstico o decidir por su cuenta dejar de consumir ciertos alimentos podría ser perjudicial pues, sin saberlo, usted estaría privando a su cuerpo de algunos nutrientes necesarios.

En el caso de las alergias alimentarias graves, no hay tratamiento más eficaz que evitar por completo el alimento que produce dicha alergia.* Por otra parte, si usted tiene una alergia leve o una intolerancia, quizá note una mejoría simplemente consumiendo menos cantidad de ese alimento y con menos frecuencia. Ahora bien, en algunos casos se sugiere evitarlos del todo, o al menos por un tiempo, dependiendo de lo grave que sea la intolerancia.

Así pues, si usted tiene una alergia o intolerancia a los alimentos, lo aliviará saber que muchos han aprendido a vivir con ello y a disfrutar de una amplia variedad de alimentos deliciosos y nutritivos.

A menudo se recomienda que quienes sufren alergias graves lleven siempre un autoinyector de adrenalina (epinefrina) en forma de bolígrafo para una emergencia. Algunos profesionales de la salud recomiendan que los niños con alergias lleven consigo una indicación visible para que los profesores o cuidadores sepan cómo actuar.

lunes, 6 de junio de 2016


¿Cómo y cuándo dar los regalos?

 

 Según el conocido libro de Manuel Antonio Carreño, los regalos tienen su momento y situación.

1. Para que nuestro regalo de verdadero placer, que después de todo es el objetivo que se persigue cuando se hace un obsequio, debe ir acompañado de algunas palabras cordiales que expresen nuestros sentimientos y/o motivos. Cualquiera que sea el objeto del regalo, debe acompañarse con una tarjeta o unas palabras que expresen afecto, admiración o demás, lo cual añadirá encanto y valor al presente.

2. Está de más decir que nunca debe mencionarse el precio del obsequio, ni siquiera insinuarlo. Esto es permisible únicamente en la más profunda intimidad, y aún así, no debe hacerse a menos que se solicite dicha información.

3. Tampoco es correcto alabar la mercancía. No debe insistir en la calidad, rareza u originalidad de su presente. Del mismo modo, si regala alguna prenda de vestir, no insista en que la persona se la pruebe inmediatamente. Es posible que a la persona le disguste servir de modelo, o que le desagrade el atuendo que le hemos regalado y que por delicadeza no lo haya mostrado; sin embargo, podrá sentirse verdaderamente incómoda si la obligamos a ponérselo. Deje a los demás la tarea de apreciar su obsequio.

4. El regalo no solo tiene que hacerse en ocasiones especiales, pues no hay nada más agradable que recibir un obsequio sorpresivo, sin que exista motivo alguno.

Selección de los regalos.

Elegir un regalo.

1. Para una señora a quien apenas se conoce. Debe evitar regalarle un objeto demasiado personal, como la ropa o las joyas, por ejemplo. Más bien, puede obsequiarle unas flores o algunas golosinas.

2. Para una señora a quien conoce bastante bien. Puede seleccionar algún objeto para decorar su hogar o para facilitar sus tareas domésticas. En este caso, puede resultar muy apropiado el regalarle algún perfume, una suscripción a alguna revista, un libro, unas velas decorativas perfumadas para el hogar, etc.

3. Para un hombre a quien se conoce poco. Puede elegir entre libros de arte, discos de música clásica, licoreras de cristal, prismáticos, mancuernillas, figuritas antiguas, etc.

4. Para un hombre a quien se conoce bien. En este caso la lista puede ser bastante amplia. Puede considerar objetos para aumentar la comodidad de su auto, como una cigarrera imantada, un portamapas de piel. Otras posibilidades son un encendedor de bolsillo o de casa, artículos para la oficina, como un cortapapeles, plumas, etc. Si le agrada la lectura, un libro. Las colonias para después de afeitarse, los perfumes, los jabones, etc.  resultan regalos muy bienvenidos.

5. Para los que sean jugadores o deportistas. Naturalmente aqui se facilita la labor de selección, pues se puede obsequiar un juego de ajedrez o de damas, un elegante set de barajas. En el caso de los deportistas, puede obsequiar algún adorno que recuerde su deporte favorito, o bien algún instrumento o prenda de vestir relacionada al deporte.

6. Para adolescentes. En este caso también el terreno de selección es extenso, desde los libros, discos de música moderna o clásica, estuche de manicura, accesorios para el deporte o pasatiempo favorito: esquíes, patines, balones profesionales, tienda de campaña, casco o lentes para la motocicleta, etc.

7. Para un niño. Estos regalos son un tanto delicados, pues no solo debemos considerar el placer de los pequeños, sino también tomar en consideración a los padres. Al escoger el regalo debe evitar objetos ruidosos que puedan provocar regaños y perturbar la paz del hogar, objetos que puedan estorbar en un departamento pequeño, o juguetes que ensucien y por tanto ocasionen trastorno a los padres del niño. 

Tampoco deben seleccionarse juguetes que puedan resultar peligrosos. Para ésto debemos tomar en consideración la edad del niño y asegurarnos de que el juguete sea apropiado para su capacidad. Resultan peligrosos y, probablemente indeseables, los juguetes como los dardos, el arco y la flecha, los equipos de química, etc. Antes de regalar algún animal como mascota a un niño, debe consultarse francamente con los padres, pues debe asegurarse de que posean las facilidades necesarias para que el animalito no resulte un trastorno en vez de una alegría y un placer para el niño, tanto como para la familia en general. Puede obsequiar un libro de colorear con sus lápices, libros de cuentos, un reloj para niño, etc.

8. Para el niño enfermo. Pueden seleccionarse libros de colorear o de cuentos para leer, juegos de mesa o de cualquier tipo que se puedan jugar en la cama, así como cualquier juguete que proporcione entretenimiento sin necesidad de levantarse de la cama, como muñequitos para recortar (acompañados de una tijera redondeada, sin punta con la que se pueda herir el niño), muñecos de peluche, etc.

9. Para las personas que lo han recibido en su casa. Si lo han invitado a cenar o a comer, al días siguiente es un detalle muy cortés y delicado de su parte enviar flores al ama de casa acompañadas de una tarjeta que exprese su agradecimiento. También puede mandar una caja de golosinas finas que sea lo suficientemente grande como para poder ser compartida por toda la familia.

miércoles, 1 de junio de 2016


Cómo llevar flores a la mesa de cenar

Una mesa con flores alegra comidas y cenas, no son exclusivas de un momento determinado y siempre ganan. Sin embargo, hay que tener en cuenta algunos trucos para que, ni su olor ni su tamaño, se interpongan entre el menú y los comensales.

El sencillo toque de color que dan las flores puede exaltar una sencilla ensalada o una vajilla sin aderezos. Y es que la mesa es ese lugar privilegiado en el que no hace falta tener invitados para que un toque floral nos alegre la vista, incluso de una reunión sencilla.

“Decorar con flores para una comida con amigas no es lo mismo que la decoración que prepararías para un encuentro con los padres de tu marido”, explican para señalar las diferencias Juan Fernández del Álamo y Javier Durán, de Llorens&Durán.

Para impresionar. Si en una cena quieres impresionar lo ideal es “dar un golpe de color con flores grandes, incluso en la mesa, porque el tallo es elevado y te puedes ver”, advierten estos especialistas que llevan cuatro años intentando que las flores formen parte de la decoración de cualquier espacio.

“Nuestro objetivo es introducir el bienestar que produce la naturaleza en tu espacio de vida, bien sea en tu oficina o en casa”, explica Fernández, “porque la flor cierra el círculo a la decoración y ofrece una estancia menos estática”, agrega el especialista.

Expertos en la decoración de bodas y todo tipo de eventos son conscientes de que no se decora de la misma manera para un almuerzo que para una cena.

“Tenemos en cuenta los colores y las texturas, porque durante el día, la luz ya la pone el sol, y durante la noche se decora con velas”, añade Durán, quien considera que “cada flor tiene su sitio”.

Detallan que lo que les gusta es coordinar todo el conjunto: vajilla, mantelería, flores e incluso menú, para que los colores vayan en sintonía y no haya distorsión posible.

Flores sin demasiado olor.

Los expertos aconsejan no poner flores “con demasiado olor en la mesa, tan solo un pequeño toque, porque el olor se mezcla con el sabor e interfiere con los alimentos”, asegura Durán.

También hay que cuidar el detalle al máximo como el recipiente donde colocar las flores. “Compramos jarrones chinos antiguos, cristal soplado en Bélgica, cestas de mimbre”.

“Cada hogar es la extensión de la familia que vive en él y, por eso, la decoración floral no es idéntica para cada casa”, indican.

De ahí que les guste decir que preparan “flores a la medida”, a pesar de que no consideran que tener flores sea sinónimo de una “casa perfecta”.

Una buena idea es elegir flores de temporada y adaptarlas en arreglos florales.

Estilo propio.

Para los expertos, su estilo es no tener estilo. Así se enfocan en la visión de sus clientes. “Ni preferimos el inglés más silvestre, ni el francés más ordenado, u otros, es una manera de no imponernos a la opinión del cliente. Es su criterio el que debe prevalecer en la decoración”, indican.

Sin embargo, reconocen que les encanta el “verde”, su apuesta para esta temporada con ramas con líquenes y “poca flor”.  Huyen de las de las tendencias, “somos más de propuestas, de un estilo propio con elementos reconocibles por sí mismos”.

Cerrando el círculo. 

También apuestan por la calidad con flores de temporada para, de esa manera, poder seleccionar las mejores, y por los verdes más sencillos, como los alpinos, hasta los más sofisticados, como el haya o el castaño.

7 consejos para una parrillada más saludable

 

1. Elije carnes magras que sueltan menos jugo y grasa y que producen menos humo. Otras opciones son quitarle la piel y el exceso de grasa y elegir cortes más pequeños, como las brochetas, que necesitan menos tiempo para cocinarse.

2. Evita las carnes procesadas como los “hot dogs”, la tocineta (tocino), el jamón, el salami y las salchichas. Según el Instituto Americano de Investigación sobre el Cáncer, estas pueden aumentar el riesgo del cáncer colorrectal.

3. Siempre descongela las carnes antes de cocinarlas.

4. Selecciona un marinado suave, ya que los más espesos tienden a chamuscar (quemar) la carne, lo que aumenta la exposición a los agentes cancerígenos (que causan cáncer). Elige marinados a base de vinagre o limón, que crearán una capa protectora sobre la carne. Una receta deliciosa la logras mezclando jugo de limón, vinagre y hierbas aromáticas (salvia, romero, menta, albahaca) y dejando marinar la carne en ella por lo menos una media hora.

5. No quemes la carne y evita las partes más negras y quemadas (chamuscadas). Usar briquetas de madera o leña dura como el nogal en lugar de pino que ayuda a reducir la temperatura de la parrilla. También es importante que limpies muy bien la parrilla después de cada uso, para reducir la exposición a las aminas heterocíclicas.

6. Otras recomendaciones para evitar que la carne se queme es voltearla frecuentemente y colocarla mínimo a seis pulgadas (15 centímetros) de distancia de una fuente de calor. Asimismo, evita que los jugos se derramen y produzcan humo.

7. Agrega vegetales al asador ¡y hasta frutas! Los químicos que se forman al cocinar la carne a la parrilla que se consideran peligrosos, no aparecen cuando se cocinan frutas o vegetales, ya que sus proteínas son diferentes y no tienen el mismo efecto que las de la carne. Algunas hortalizas como los pimientos, la cebolla, calabacines, hongos (setas, callampas) y la piña (ananás) se prestan de maravilla para cocinar a las brasas (a la barbacoa). Incorpóralos al menú de tu próxima parrillada.

miércoles, 4 de mayo de 2016


 

 

Los cortes de la carne de cerdo.

 

Historia del Cerdo

En la Edad Media los cerdos se veían muy diferente a la actual. Vivian en el bosque y eran, de hecho, criados en la naturaleza, también eran muy similares a sus antepasados, los jabalíes.

El cerdo se remonta 40 millones de años a los fósiles que indican que los animales como cerdos salvajes vagaban por los bosques y pantanos en Europa y Asia. Por el 4900 AC los cerdos fueron domesticados en China, y se introdujeron en Europa por el año 1500 AC a insistencia de la reina Isabel. Aunque Cristóbal Colón se llevó ocho cerdos en su viaje a Cuba en 1493, es Hernando de Soto que podría ser apodado "el padre de la industria porcina americana."

Muchos cortes de carne de cerdo fresca son más delgados de lo que eran hace dos décadas  en promedio, un 16 por ciento más bajos en grasa total y 27 por ciento más bajos en grasas saturadas. Una manera fácil de recordar cortes magros o con poca grasa es ver la palabra en inglés loin”, en la etiqueta.


¿Puedo encontrar información nutricional en los paquetes de carne de cerdo?

Por supuesto que sí. A partir del 1 de enero del 2012, los consumidores tienen acceso conveniente a información nutricional importante acerca de los productos cárnicos y avícolas crudos que compran a la derecha en el envase. Además, si un producto asegura tener porcentaje de carne magra o con una mínima cantidad de grasa, a continuación, la etiqueta incluirá una declaración sobre el porcentaje de grasa.

Los diferentes cortes

  • Hay una categoría especial que incluye un corte conocido como solomillo, ubicado en la parte trasera del lomo. Se trata de una pieza magra y pequeña que se sitúa a la altura de las costillas lumbares. Proporciona una carne jugosa, tierna y limpia. Generalmente se comercializa entera. Se presta muy bien para el fileteado (filetes a la plancha, a la parrilla, asados, braseados o rellenos).
  • La chuleta o cinta, es la otra pieza de esta categoría. Se obtiene a partir de la sexta vértebra lumbar correspondiente a la pieza de lomo. Muy apreciada y gustosa. Admite todo tipo de preparaciones.
  • El jamón, corresponde a los muslos de las extremidades traseras y su destino más habitual es para elaborar jamones cocidos (ahumado, jamón dulce, etc.) La aguja, espaldilla o cabeza de lomo se vende entera para asar, pero lo más común es adquirirla en chuletas, para freír.
  • Aunque algunos tengan ciertos reparos en consumirla, la cabeza proporciona algunos cortes interesantes.  Por ejemplo, en España la oreja es excelente a la plancha en las tapas y también para darle ‘sustancia’ a determinados guisos. La careta se prepara de manera similar a la oreja. Son cortes que tienen mucho sabor.
  • Los órganos, como los sesos o la lengua, además de sabrosas son nutritivos. La papada también es una buena fuente de tocino.
  • La panceta, es una de las zonas más grasosas del cerdo, que comúnmente se utiliza para hacer chicharrones. La grasa que desprende es única para darle contundencia a más de un guisado tradicional. Asimismo, del tocino se obtiene la manteca de cerdo.

Como recalentar algunos alimentos.

 
 
 
 

Un chef habla de la manera correcta de recalentar los alimentos.

¿Qué puedo guardar para mañana y qué no?

Esa es una pregunta que a menudo se hacen quienes cocinan frecuentemente y quieren aprovechar hasta la última ración de comida que queda en la olla.

“Casi todo puede reutilizarse, pero todo va a depender del tipo de alimento y el método de cocción”, señaló Jaime Hernández, chef del hotel Embassy Suites Dorado.

Un principio básico en esta materia es que antes de guardar la comida en la nevera debes esperar que esté completamente fría porque si es refrigerado cuando todavía está caliente se crea una condensación que favorece el crecimiento de bacterias y el desenlace puede ser una intoxicación.

Un producto muy popular en la mesa puertorriqueña es la pasta. Pero, ¿acaso no te ha pasado que cuando ya está cocida te das cuenta de que se te fue la mano y echaste demás? La solución puede ser no echarle salsa a toda la pasta. Mejor guarda una porción en la nevera y al día siguiente solo tienes que hervir agua, colocar la pasta en un colador y sumergirla en el agua hirviendo por espacio de un minuto. Hernández aseguró que tendrás pasta fresca y lista para comer.

“Si la pasta tiene salsa Alfredo, agregas un poco de mantequilla o leche al calentarla para volver a incorporarla”, añadió el chef.

El arroz es otra comida que a menudo se cocina en grandes cantidades, sobre todo entre quienes llegan tarde a casa del trabajo y preparan sus alimentos los fines de semana. Si vas a recalentar el arroz en el microondas y deseas que conserve su frescura, el experto aconsejó colocar una servilleta o paño limpio y humedecido por encima del recipiente. De esta manera se crea vapor y esto evita que el grano se reseque.

Los guisos pueden estar varios días en la nevera sin dañarse. El consejo del chef es que le añadas un poco de caldo -de pollo o de carne, según lo que hayas utilizado- y lo calientes a fuego lento para que mantenga sus sabrosura. No es recomendable calentarlos en el microondas, es mejor sobre la estufa y a fuego lento, hasta que esté bien caliente.

Por el contrario, hay otros platos que se recomiendan comer recién hechos y no guardarlos para recalentarlos. Entre estos se encuentran las carnes rojas y todo alimento frito.

viernes, 1 de abril de 2016


Historia del Budín de Pan

Se cree que tuvo su origen en las necesidades económicas que azotaron a Argentina a principios del siglo XX, cuando las familias más humildes decidieron elaborar un plato dulce con sobrantes de pan del día anterior, ante la necesidad de comer y abaratar costos. Aunque el budín nació del ingenio popular se inspiraron en los tradicionales budines ingleses.

Los hogares de bajos recursos no podían darse el lujo de tirar el pan que sobraba, por lo que decidieron emplearlo en la realización de un postre, luego todos los cocineros del mundo para evitar el desperdicio de pan duro lo siguieron haciendo. Así se logró una nueva dulzura en la cocina.

Sin embargo, el termino budín es de origen europeo. En Inglaterra se lo conoce como pudding, en Francia como boudin término que deriva el latín botellus que significa “pequeña morcilla” y hace referencia a la forma que tenían los budines ingleses durante la Edad Media. Por años esta receta se utilizó para poder reciclar el pan sobrante, pero tan delicioso fue el sabor que se llegó a convertir en un postre servido en las mesas de todo el mundo en un estado frío o caliente. En esa época, un budín era una masa horneada que se comía envuelta en una servilleta.

Nació en las clases más bajas de la sociedad inglesa, ante la necesidad de alimentarse aprovechando los restos de pan. Con el tiempo se fueron incorporando otros ingredientes y se fue haciendo popular en otros sectores de la sociedad.

Entre los nombres que recibe este singular postre, podemos encontrar budín, pudín, flan o torta de pan y colegial. En Venezuela se le conoce vulgarmente con el nombre de torta burrera. Se le conoce como Budín de Pan en Perú, Chile, Argentina, Costa Rica, Paraguay y Puerto Rico entre otros países, como Pudin de Pan en España o Pudín de Pan en Cuba, México, Colombia y Venezuela.

Es normal en los postres encontrar recetas que varían dependiendo de la región en la que se prepara y esto se debe principalmente a una cuestión de costumbres y disponibilidad de ingredientes. En el caso del budín de pan, la receta es similar en casi todo el mundo.

Inicialmente se elaboraba usando pan duro (normalmente de las sobras), lo que aún se hace en muchos lugares, y mantequilla, leche, huevo, azúcar o miel de caña, especias (como canela, nuez moscada, clavo, ralladura de limón o naranja y vainilla), pasas de uva remojadas en cogñac y fruta seca que puede ser algún tipo de nuez y hasta las frutas abrillantadas usadas en Navidad. También se puede usar diferentes tipos de pan e incluso hay versiones novedosas hechas hasta con sobrantes de bizcocho.

El pan se ponía en remojo (a menudo toda la noche), se exprimía hasta secarlo y se mezclaba con los demás ingredientes. La masa se ponía en un molde y se horneaba. La ralladura de naranja o limón, el agregado de nueces o pasas de uva y el uso de licores son todas prácticas que se incorporaron a la receta por la diversificación a lo largo de las regiones que siempre ponen su sello cultural en las recetas que provienen de Europa.

También puedes enmantecar una budinera y verter en ella caramelo líquido. Para esto último se debe colocar en una cacerola media taza de azúcar con una o dos cucharadas de agua, hasta que tome el punto deseado.

La incorporación del caramelo fue indispensable para la popularidad de este sencillo postre, le da una apariencia mucho más apetitosa teniendo en cuenta que se prepara con pan “viejo”. Es usual en las panaderías encontrarse con gente que pregunta por el pan sobrante para que, en vez de que sea desperdiciado, se lo regalen y así preparar el budín de pan con costos muy bajos.

Puede servirse con una salsa dulce de algún tipo, como salsa de whisky, de ron o de caramelo, pero típicamente se toma frío en cuadrados o rebanadas. Y se puede servir con dulce de leche, crema chantilly o frutas frescas. En Malasia, el budín de pan se consume con crema pastelera y en Hong Kong con salsa de crema de vainilla. En Argentina y Uruguay se consume acompañado con dulce de leche.

Si bien existen las versiones británicas, peruanas, mexicanas y puertorriqueñas, el budín de pan argentino tiene su receta secreta y tradicional, que se fue pasando de boca en boca hasta convertirse en un auténtico clásico de la cocina local. Su aroma es inigualable.

Hoy día también existe budín salado, el cual se sirve en desayunos o como entremés. De todas formas, el budín de pan es un postre exquisito que gusta a grandes y chicos, a su sabor se suma su preparación sencilla, su bajo costo y el aprovechamiento de un alimento que en otro caso, terminaría en la basura.