martes, 5 de junio de 2012

Aprende a reconocer las señales que delatan un desorden alimenticio

Desordenes alimentarios
Los trastornos alimentarios pueden ser desencadenar por muchos factores, entre ellos, el estrés, la cultura, la biología, los hábitos familiares y la presión social para ser delgados. Los más frecuentes son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, y el trastorno por atracón.

La Anorexia Nerviosa.
Los que la padecen desarrollan un temor anormal a subir de peso, y se ven a sí mismos gordos, aunque estén peligrosamente delgados. Controlar lo que comen se convierte en una obsesión y sus comidas se limitan a cantidades mínimas de algunos alimentos “que no engordan”. Con frecuencia hacen ejercicios compulsivamente y hasta toman píldoras de dieta. Pero a veces se dan atracones, seguidos siempre de una dieta extrema, vómitos inducidos y abuso de laxantes y diuréticos. También pueden sentir depresión, ansiedad e ideas de suicidio.

Síntomas que la caracterizan:
  • Adelgazamiento extremo, que a veces tratan de ocultar con ropas muy holgadas.
  • Miedo a subir de peso.
  • Imagen corporal distorsionada (se ven siempre gordos) y autoestima baja.
  • Desórdenes en la menstruación o ausencia de ella en las mujeres.
  • Alimentación sumamente restringida.
  • Renuencia a mantener un peso normal y saludable.

A medida que la enfermedad progresa, aparecen otros síntomas que pueden incluir: pérdida de masa ósea ( de hueso), piel reseca y cetrina, cabello y uñas quebradizos, estreñimiento, presión arterial baja, pulso lento, daño cerebral, anemia, problemas cardíacos, crecimiento de vello en el cuerpo, gran sensibilidad al frío, cansancio perenne, debilidad muscular e infertilidad.

  • La anorexia nerviosa es la tercera enfermedad crónica más común entre las adolescentes.
  • Los hombres son más propensos a no buscar tratamiento para los trastornos alimenticios por la percepción errónea de que se trata de “enfermedades de las mujeres”.
  • Las atletas femeninas en deportes en los que la estética juega un papel importante (gimnasia y patinaje artístico, por ejemplo) así como las bailarinas de ballet, se encuentran entre los grupos de mayor riesgo de sufrir trastornos alimenticios.
  • Al comparar los perfiles psicológicos de este tipo de atleta con los de personas con anorexia nerviosa se encuentran estas características en común: perfeccionismo, grandes expectativas y exigencias de sí mismos(as), competitividad, hiperactividad, tendencia a la depresión, tendencia a caer en rutinas repetitivas, distorsión de la imagen corporal, preocupación excesiva con la dieta y el peso, entre otros.



  • La Bulimia Nerviosa.Se caracteriza por ciclos frecuentes e incontrolables: la persona enferma ingiere grandes cantidades de comida, y después compensa con vómitos forzados, abuso de laxantes, ejercicios excesivos o ayunos (a veces una combinación de todos). Estos ciclos pueden repetirse varias veces a la semana, y en ocasiones varias veces al día.
    Igual que la anorexia, la persona afectada siente un miedo enfermizo a engordar, quiere bajar de peso a toda costa (aunque no lo necesite) y tiene una imagen distorsionada de su cuerpo. En su afán de bajar de peso, a veces abusa de las píldoras de dieta. A diferencia de la anorexia, la persona no es extremadamente delgada. Su peso es normal, y a veces hasta tiene un poco de sobrepeso. Su conducta es secreta, ya que parte del problema es un sentimiento de vergüenza y enojo o rabia contra sí misma, lo que la hace renuente a admitir su problema. Pero la bulimia no es una sentencia de muerte: el tratamiento correcto puede detener el ciclo.

    Síntomas que la caracterizan.

    • Depresión, ansiedad e irritabilidad.
    • Alejamiento de familiares y amigos.
    • Inflamación e irritación crónicas de la garganta.
    • Caries dentales y dientes muy sensibles y con el esmalte gastado, debido a la exposición constante al jugo gástrico por los vómitos.
    • Reflujo gastroesofágico (acidez).
    • Estreñimiento y dolor e irritación intestinal.
    • Menstruación irregular.
    • Deshidratación por la pérdida de líquidos provocada por los vómitos y los laxantes.
    • Niveles muy bajos o muy altos de sodio, calcio, potasio y otros minerales, que pueden dar lugar a ataques cardíacos.


    El Trastorno por Atracón.
    Es el más común de los desórdenes alimentarios, y puede ocurrir a causa de estrés, ansiedad, depresión o simple aburrimiento. La persona pierde el control sobre su alimentación y come compulsivamente, a veces sin hambre. A diferencia de la bulimia, no recurre a vómitos, purgantes, ejercicios o ayunos, y como consecuencia tiene sobrepeso o es obesa. Debido a eso, tiene más riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares e hipertensión. Suele experimentar sentimientos de culpa, vergüenza y angustia, que la lleva a más atracones.

    ¿Cuál es el tratamiento?
    Los desórdenes alimenticios o alimentarios son enfermedades serias, que requieren tratamiento médico tanto físico como mental, ya que sus causas son una interacción compleja de factores genéticos, biológicos, de conducta, psicológicos y sociales. Si notas que tus hábitos de alimentación afectan tu vida, tu salud, tu bienestar o tu capacidad para concentrarte, busca ayuda médica sin demora. Por lo regular, el tratamiento más efectivo es combinar psicoterapia (incluyendo a menudo la terapia de familia) con medicamentos y atención profesional a tus necesidades nutricionales.

    Importante: ¡adquiere una imagen positiva de ti mismo(a)!
    Sin descuidar la atención médica esencial si padeces de un desorden alimenticio, ayuda a combatirlo elevando tu autoestima. En vez de criticar tu cuerpo, procura pensar en las cosas buenas que puedes hacer para ti (caminar, correr, bailar, respirar, dormir, reír, etc.), y haz una lista de las cualidades que te gustan de ti mismo(a) que no están relacionadas con tu peso. Busca ropa que te quede bien, y que realce tus puntos fuertes y minimice los débiles. Sobre todo, aprende a quererte y a mimar tu cuerpo. Si te aceptas como eres, actúas con seguridad y eres receptivo(a) a nuevas ideas, te sentirás satisfecho(a) contigo mismo(a). ¡Y eso también es un arma contra los desórdenes.

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