miércoles, 27 de abril de 2011

Rosquillas de sabor


CONTINÚAN VIGENTE EN EL GUSTO PUERTORRIQUEÑO
(el nuevo día / wanda liz vega)Por Liz Sandra Santiago / lsrivera@elnuevodia.com

Dona, rosquilla, donut, doughnut... ¿quién no se ha visto tentado por este dulce antojito que puede ser tan sabroso como lleno de color?
“En la cultura americana la dona se utiliza como desayuno, pero para el puertorriqueño es más un postre o un antojito dulce. Lo bueno es que es fácil de comer, lo tomas con la mano y ya”, menciona el chef Héctor Merced, de Galluzzo Bistro Cafe, en Miramar, quien añade que es especialmente atractivo para los niños.
Dentro de la pastelería, este antojito dulce se clasifica como un bizcochuelo o buñuelo, porque su proceso de confección es diferente a otros postres que se hornean, dice el chef .
Un estilo de dona muy conocido -y podría decirse que el más popular- es el que utiliza aceite para freír la masa que contiene levadura y que se esponja logrando una forma redondeada casi perfecta.
La dona tuvo su origen en Holanda, cuando los pasteleros comenzaron a confeccionar una masa frita a la que llamaba ‘olykoek’ o bollo de aceite.

Esta receta fue llevada a América por los peregrinos y casi 250 años más tarde -en 1847- Hanson Gregory, un marino de Maine, tuvo la idea de hacerle un orificio justo en el medio. Este alegaba que, al dejar ese espacio vacío, la dona se freía de manera más uniforme.
En la actualidad, el proceso de preparación de la dona, aunque simple, requiere de tiempo y técnica.
“Se hace con ingredientes básicos como harina, azúcar y levadura; es parecido al proceso de hacer pan. Pero una vez se hace la masa y se pica hay que dejarla reposar para que la levadura se active, produzca gases y se esponje. Una vez está al punto correcto de altura se pone a freír”, comenta Merced.
El secreto de una buena dona radica en la combinación de ingredientes de calidad, su frescura y la temperatura a la que se fríe.
Comúnmente puede saborearse tal cual sale de la cocina o con diferentes ‘toppings’ como chispas de color, crema, chocolate, azúcar regular o glaseado.
“Se puede inventar mucho con la dona porque tiene muchas posibilidades, es bien versátil. La puedes hacer de chocolate o incluirle almendras a la masa. También puedes hacerlas rellenas y ahí las posibilidades son infinitas, y puedes rellenarlas de jaleas o de dulce de leche. También cuando las fríes puedes decorarla como prefieras”, comenta el chef.
Otra receta que ha tenido éxito en el mercado local es la creada por la compañía Holsum que presenta una dona “abizcochada”, como explica José Miguel Pérez, director de ventas senior de la compañía.
“La dona abizcochada tienen ventaja sobre la dona regular porque dura más tiempo fresca”, explica Pérez, quien añade que el éxito de producto en términos de negocios se debe a que es una receta con la que se puede experimentar hasta lograr diferentes opciones.

Muchos nombres, un gran sabor
Aunque la dona tal como fue creada en Holanda y modificada en América tiene una forma definida y una elaboración bastante similar, en otras partes del mundo cuentan con recetas similares que tienen el mismo fin: deleitar el paladar de los amantes de la pastelería.
• En Francia, se le llama ‘beignets’ a las masas fritas, que pueden estar rellenas de frutas o con azúcar.
• En Alemania se conocen como las ‘krapfen’, con la particularidad de que no tienen el agujero en el centro y se rellenan con mermelada.
• El ‘fritole’ italiano viene con frutos integrados en la masa y espolvoreado con azúcar.
• Los turcos comen ‘lokmas’, unas bolitas fritas bañadas con miel y canela.
• En Hungría y Austria disfrutan del ‘langosh’, donas hechas con harina de papa, fritas en manteca de cerdo y luego son frotadas con ajo fresco. Pueden comerse cubiertas de queso crema o con azúcar.
Fuente: curiosidadesgastronomicas.com

Hechas en casa

Ingredientes
1 taza de harina
1 huevo grande
3/4 taza de leche
1/2 cucharadita de polvo para hornear
4 cucharadas de azúcar
aceite

Procedimiento
Mezcla la harina, dos cucharadas de azúcar y el polvo para hornear.
Agrega el huevo y la leche, y mezcla muy bien hasta hacer una masa.
Coloca un poco de harina en una superficie plana y estira la masa con un rodillo hasta tener un espesor de unos cinco centímetros.
Luego utiliza un vaso para cortar las donas y una tapa de botella para hacer el agujero más pequeño en el centro de cada una de las donas.
Déjalas tomar aire por 15 minutos para que se levanten.
Calienta el aceite a fuego mediano y fríe las donas por alrededor de un minuto de cada lado.
Coloca dos cucharadas de azúcar en un recipiente y pasa la dona por ambos lados.

1 comentario:

  1. que ricas y sencilla se ve , voy a prepararme manana y si me quedan ricas para el sab. q es mi cumple tambien las preparo jajaja

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