martes, 2 de abril de 2013


Cilantro

 


Aunque se usa desde tiempos medievales, el cilantro (no confundir con “culantro”), también conocido como coriander , es una de esas hierbas que más emociones extremas genera: o la amas o la odias. Puede causar gran rechazo ya sea por su aroma o por su sabor.

Uno de mis escritores favoritos, Harold McGee, autor de The Curious Cook, que escribe sobre la historia, técnica y química de la comida, escribió hace unos años un artículo que explicaba que la aversión hacia el cilantro genera la reactivación de la parte del cerebro que está conectada con los instintos primitivos y de supervivencia del hombre. El autor explica que cuando se trata de olores y sabores fuertes como los del cilantro, el cerebro los relaciona con una amenaza, ya que nuestros ancestros (el hombre paleolítico) asociaban esos olores con el peligro derivado de plantas venenosas.

El cilantro es híper usado en cocinas desde la europea hasta la caribeña, mexicana y la estadounidense, incluyendo norte, sur y centro.

El cilantro no va con todo. Hace maravillas en las sopas, pastas, pestos, panes, carnes, salsas o dips como el guacamole, agregando un toque fresco y único.

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