miércoles, 5 de octubre de 2011

Historia de la torta de bodas

La torta de boda ha sido parte de la ceremonia de matrimonio desde tiempos medievales. Al principio eran elaboradas a base de trigo, que era un símbolo de fertilidad y prosperidad.

Hace aproximadamente unos 1900 años, los romanos comenzaron a cocer trigo y sal, obteniendo con esto una pequeña torta. Durante la ceremonia el novio comería una parte de este pan y luego, él rompería el resto sobre la cabeza de su novia. Esto era tomado como un signo de buena fortuna y bendición. Los invitados intentarían obtener algunas de las migas que caían, creyendo que entonces compartirían la prosperidad de la futura pareja. Esta fortuna no sólo se extendía a la flamante pareja, sino también a los niños que próximamente serían fruto de ese amor.

Tras el aumento de tamaño y la modernización de las tortas, se hizo físicamente imposible continuar con este rito. Esto generó la desaparición de la tradición. Aunque existen informes que datan que en Escocia, aún en el siglo XIX, solían romperse tortas de avena sobre la cabeza de la novia.

La torta de boda tomó otra corrección de curso cuando en el siglo XVII un plato popular para bodas, se convirtió en la “Tarta de Novias”. Consistía en una tarta de carne desmenuzada, muchas veces de cordero, decorada con panes dulces desgranados. Pero con 'un ingrediente' principal que era un anillo de cristal. Un viejo proverbio aseguraba que la joven que encontraba el anillo sería la próxima en casarse.

Las tartas de la novia no tuvieron repercusión mundial, pero hay testimonios de que ocuparon un lugar importante en la mesa principal de algunas ceremonias.

A partir del siglo XIX, la torta de boda se hizo realmente popular, y el empleo de la “Tarta de novia” desapareció, conservándose aún la tradición del anillo.

Rápidamente las tortas comenzaron a elaborarse con trozos de pasas o ciruelas, solas o escalonadas, y con algunas variaciones. Había también una noción insólita de dormir con un pedazo de torta de boda debajo de la almohada, que remonta del siglo XVII y probablemente forma parte de la tradición de dar la torta como regalo. La leyenda dice que los durmientes soñarían con sus futuros esposos con ese trozo de torta debajo de la almohada.

Torta blanca de boda
En las mentes de mayoría de la gente, la torta de boda debería ser blanca. El simbolismo conectado al color blanco, hace la explicación de esta tradición bastante simple. Blanco siempre denotaba pureza. Por otro lado, solía establecerse un eslabón visual entre el vestido de la novia y la torta. Hoy suelen combinarse también ambas cosas, persiguiendo el mismo fin.

Anteriormente, la torta de boda era también blanca, pero no debido al simbolismo. Los ingredientes eran muy difíciles de adquirir, sobre todo aquellos requeridos para la cobertura o el glaseado. Esto requería el empleo de sólo el azúcar refinado más fino, lo que posibilitaba solo a las familias más poderosas poder adquirirlo. A raíz de esto, la torta de color blanca pasó a representar un símbolo de riqueza en aquellos tiempos.

Corte de la torta de bodas
El corte de la torta de boda representa, simbólicamente, la primera tarea que los novios realizan conjuntamente como marido y mujer. Esta es una de las tradiciones que más ha perdurado a lo largo de los años. El primer pedazo de torta es cortado por la novia "con la ayuda" del novio. Esta tarea al principio fue delegada exclusivamente a la novia. Era ella quien cortaba la torta de boda para compartir con sus invitados.

La distribución de los pedazos es una parte de aquella tradición del imperio romano en donde los invitados luchaban por obtener las migas. Después del corte de la torta, la pareja se convida mutuamente un bocado de la primera rebanada. Esto proporciona otro encantador simbolismo, el compromiso mutuo de los novios de proveerse el uno al otro.

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