domingo, 4 de diciembre de 2011

Organizar para ahorrar


La desorganización provoca la pérdida de tiempo y dinero.


 

Por Marie Custodio Collazo / mcustodio@elnuevodia.com

El reguero puede ser enemigo del bolsillo. La desorganización evita que las personas sean eficientes en el uso de los espacios y los objetos, además de que propicia que se pierdan y se dañen, provocando que haya que gastar dinero en reponerlos o repararlos.
Cuántas veces no ha salido a comprar algo sabiendo que ya lo tiene, pero no lo encuentra y lo necesita al momento. O explorando la nevera se ha topado con un pote de salsa abierto que se echó a perder porque no se usó ni se guardó de forma apropiada. Y qué tal aquellos que se proponen comprar una casa más grande porque no tienen espacio para guardar todas sus pertenencias.
Todos estos ejemplos muestran instancias en las que estar desorganizado provoca pérdidas de dinero, un recurso que no está para desperdiciarse en estos tiempos.
La organizadora profesional certificada Indira Molina señala que vale la pena separar un tiempo para planificar y ordenar desde la agenda semanal hasta los clósets. Y no hace falta mucho dinero ni artefactos sofisticados para obtener los beneficios de estar organizado.
“Organizar, simplemente, es crear categorías y agruparlas estratégicamente más cerca de donde las usas para que seas más eficiente”, apunta la organizadora.
Y más allá de ahorrar, hacer un resaque y desprenderse de artículos que no necesita puede generarle un dinero extra si lo vende, resalta.


Documentos
Para evitar penalidades y gastos innecesarios se deben guardar en un archivo los documentos financieros como facturas, recibos, garantías, pólizas de seguro y la escritura de la propiedad, entre otros, destaca Molina. Asimismo, el pasaporte, las tarjetas de vacunas de los niños y cualquier otro documento importante. Lo importante es que sepa donde están cuando los necesite. En el caso de las facturas, tener un sistema para organizarlas, tanto las que llegan en papel como las electrónicas, le ayudará a recordar las fechas de pago y a evitar recargos.
De la misma forma, destine un sobre o un recipiente para guardar la información de productos y servicios que le dieron resultados satisfactorios, para que cuando vuelva a necesitarlos pueda conseguirlos rápido. La organizadora comenta que, en algunas circunstancias, es mejor apegarse a lo conocido si le funcionó.
Molina también aconseja tener organizada la billetera y la cartera. “He conocido personas que cuando están recogiendo se encuentran dinero y cheques que no recordaban que tenían”, dice.


Reúse lo que ya tiene
Además de no encontrar las cosas, tener un reguero puede interferir con la concentración y el ánimo. Molina menciona que cada vez hay más personas que trabajan desde el hogar o que tienen oficinas en la casa, y la desorganización podría estarles costando dinero. Por ejemplo, dice, cuando le toma 10 minutos hacer espacio en la mesa o el escritorio para poder sentarse a escribir una propuesta o un informe.
La profesional se refiere a la transformación de espacios como el proceso de crear un sistema de organización que se ajuste a su personalidad y presupuesto. Esto también aplica a situaciones en las que necesita reclamar un espacio para acomodar a otro miembro de la familia, un escritorio, un cuarto de juego para los nietos, o cualquier otra actividad.
En estos casos, no hay que salir a comprar muebles, tablillas y cajas para organizar. A veces, objetos que ya tiene pueden reutilizarse. O con la compra de algunas piezas económicas puede crear mobiliario.
“Con dos archivos y una puerta puedes hacer un escritorio”, menciona a manera de ejemplo, y añade que algunas cajas de cartón fuerte y libros pueden convertirse en mesas.
“Yo voy a las casas y transformo un clóset con solo reciclar y reusar. Tenemos muchas cosas en las casas que se pueden usar para organizar. En eso yo soy experta, en ser creativa... Hay tantas cosas que puedes hacer y lo único que vas a invertir en organizar es tiempo para planificar y para sacar de tu casa lo que no necesitas”, dice Molina, quien tiene algunos ejemplos en su página de internet organizatepr.com.


Todo tiene fecha de expiración
Si siente que ya no tiene espacio en la casa, quizás no necesite un cuarto o una vivienda más grande, en algunos casos, la solución más sencilla, aunque puede ser la más difícil, es desprenderse de aquellas cosas que ya no usa o no necesita.
“El ser humano necesita pocas cosas para vivir y disfrutar, pero nos apegamos a las cosas emocionalmente. Hay gente que dice que es ‘por que me costó caro’, pero si no lo está usando, está botando el dinero... En el fondo, es el apego que le tienen a las cosas, es normal, pero no te puedes apegar a una colección de 200 osos de peluche que están llenos de polvo y ácaros”, expresa Molina.
La organizadora recomienda ponerle una fecha de expiración a cada objeto. Si pasó de moda hace más de cinco años y no tiene espacio en el clóset, es hora de salir de esa pieza de ropa. Si el niño ya pasó el grado, no necesita guardar cada libro y libreta.
“Hay que aprovechar el espacio y quedarte con lo que verdaderamente tiene significado, necesitas y lo disfrutas”, enfatiza.
Si las colecciones están tomando control de la casa, considere tomarles una foto y quedarse con unas pocas que sean realmente valiosas. Ahora con la tecnología es posible almacenar fotografías y recuerdos en formato digital, y ni siquiera hacen falta los discos porque puede utilizar servicios en línea.

Obtenga ganancias
Una vez esté decidido a organizarse, no solo puede ahorrar sino hasta ganar algo de dinero vendiendo esa trotadora que no utiliza, o deducir de la planilla las donaciones que haga a entidades benéficas acreditadas.
Para vender algunas pertenencias puede empezar por tomarle fotos para enviarlas por correo electrónico a amistades y familiares. También puede utilizar páginas de clasificados en internet o el periódico para anunciar sus ventas.
En tiempos recientes también han abierto comercios que venden objetos a consignación. En estas, no recibe el dinero hasta que alguien compra la mercancía, y entonces debe darle una comisión a la tienda.
Molina sugiere realizar también una venta de jardín por invitación, a la que acudan amistades, familiares, vecinos o conocidos de la escuela de los hijos o la oficina.
Si no quiere pasar el trabajo, o no tiene tiempo, siempre tiene la opción de donar objetos en buen estado a organizaciones como el Ejército de Salvación, y hogares de niños y ancianos. En algunos pueden hacerle un recibo con el valor aproximado de la donación para que pueda deducirlo de la planilla. Pero la organizadora expresa que aún si no puede hacerlo, recibirá la satisfacción de contribuir a una buena causa.

Pida ayuda
Aunque es fácil hablar de organización, a veces a falta de tiempo o situaciones externas impiden poner en vigor el plan para acabar con el reguero. En ese caso, siéntase en la libertad de solicitar ayuda. Pueden ser de amigos o familiares o de un profesional como Molina.
“Creo que mucha gente necesita un organizador profesional. Eso no significa que tengas problemas para organizarte, sino que puede ser por falta de tiempo y buscas un recurso para que te ayude, como cuando tienes alguien para limpiar”, concluye.

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